Moderados por el doctor Diego Valadés, los participantes de la mesa redonda “Constituciones en Movimiento” hicieron un diagnóstico y un análisis de las reformas estructurales a la Constitución Mexicana, realizaron una revisión y una posible prospectiva sobre los puntos fundamentales de las reformas discutidas actualmente en nuestro país.
El presidente de Consulta Mitofwsky, Roy Campos presentó la última encuesta sobre la percepción ciudadana de la política y la legalidad mexicana. Dentro de los resultados presentados destaca que las instituciones que más confianza generan en los mexicanos son las Universidades, seguidas por la Iglesia, el Ejército, los Medios de Comunicación y la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Los porcentajes más bajo de confianza se ubican en los actores políticos: senadores, diputados y partidos.
Sobre la participación ciudadana, Campos destacó que los mexicanos presentan un “nivel bajísimo de participación en la vida política”. Las asociaciones religiosas fueron el rubro en el que se registró mayor participación de la ciudadanía (23%).
A la pregunta ¿usted cree que quienes hacen las leyes toman en cuenta a los mexicanos? 54% opinaron que quienes hacen leyes sólo responden a intereses de los partidos políticos. Al preguntarles si consideraban que la ley protegía a todos los mexicanos por igual 71% dijeron que la ley sólo protege a los poderosos. Cuando se cuestionó ¿usted cree que el pueblo siempre debe obedecer a la ley aunque sea injusta? 72.1% dijeron que no. El porcentaje mayor sobre los actores que los mexicanos asocian más con la violación de la ley fueron los policías y los políticos.
Cuando los legisladores fueron cuestionados sobre si los diputados deben ser expulsados por no votar de acuerdo a su fracción el 72% opinó que sí.
Sobre el tema de las candidaturas independientes y ciudadanas, la encuesta mostró que 53% creen que es necesario que los candidatos pertenezcan a un partido político mientras que 42 % opinaron que un candidato no debe pertenecer forzosamente a un partido.
Uno de los datos, presentados por la encuesta de Consulta Mitowsky, que más llamaron la atención entre los miembros de la mesa redonda fue que 52% de los mexicanos apoyarían que se hiciera un mismo país entre México y Estados Unidos, mientras que 48% dijeron estar de acuerdo con que México se hiciera un solo país con Centroamérica.
Otro de los datos destacados resaltó respecto a la polarización de los partidos políticos. Se les pidió a algunos representantes de cada partido que se ubicaran en una escala del 1 al 10, siendo 1 la izquierda, cinco el centro y 10 la derecha. Los priístas se ubicaron en el cinco, los perredistas se ubicaron totalmente a la izquierda y los panistas se ubicaron muy a la derecha, elemento que para Roy Campos significa una importante división pues “los legisladores se piensan distintos, se ven distintos y consideran que deben tener posturas distintas”.
Las reflexiones de Roy Campos sobre los resultados de esta encuesta versaron “los mexicanos desconfiamos de las leyes, de quien las hace, de quien la aplica y de quien la juzga, vemos a las autoridades alejadas de los gobernados, consideramos la ilegalidad y la corrupción como parte de un sistema que no puede cambiar y somos propensos a violar la ley”.
Durante su intervención, [b]Carlos Elizondo[/b] describió a la constitución mexicana como “un proyecto, un catálogo de objetivos pues para los mexicanos no están definidas las reglas del juego en su país”.
Para Elizondo el punto de partida de este hecho es que la constitución por una parte impone numerables restricciones y al mismo tiempo no dota de capacidades al Estado para regular le misma ley: “mucha regulación y pocas capacidades”.
El investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) aseguró que uno de los puntos en los que debe tenerse especial atención en la reforma es el amparo pues actualmente sostiene en la constitución algunas posibilidades de impunidad o inequidad.
El doctor Francisco José Paoli abrió su participación con una alerta importante, aseguró que generalmente los cambios constitucionales que se han dado en algunos países se muestran como un “síntoma de crisis severa”.
Según el investigador Paoli “el sistema presidencialista en México funciona mal: venimos del hiperpresidencialismo y hemos llegado al hipopresidencialismo, de la presidencia absoluta pasamos al poder acotado y debilitado que no puede moverse hacia ningún lado. La presidencia está acogotada por los poderes fácticos y el crimen organizado y eso es una crisis severa”.
Como posibles soluciones para estos conflictos, [b]José Paoli[/b], propuso cinco ámbitos en los que debe sanearse y fortalecerse la legislación. El primero se refiere a los poderes de la Unión “hay que acentuar la Cooperación entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial”; el segundo se relaciona con una reforma hacendaria; el tercero con la educación pública de calidad; el cuarto a una mejora en los sistemas de comunicación y en la generación de energía; y el quinto al fortalecimiento del sistema judicial a favor del respeto a los derechos humanos.
El director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México, Francisco Valdés Ugalde habló de la importancia de explicar la contradicción y la tensión que se vive en el régimen político establecido en México. Partió del hecho de que desde 1932 la constitución mexicana no ha cambiado en esencia y detalló tres características que pueden convertir al actual conflicto en algo “perverso”.
En primer punto habló de la presencia de un gobierno dividido a nivel federal y estatal, en segundo lugar habló de la escisión existente entre el gobierno federal y las entidades federativas, así como de una “feudalización de los estados de la república”, en tercero colocó el prevalecimiento de las reglas del partido hegemónico en los estados: el predominio del ejecutivo sobre el legislativo, el judicial y la vida municipal.
Valdés Ugalde también señaló la lógica partidaria que opera en el congreso que hace ver al poder ejecutivo “como una gran máquina descompuesta con muchos caballos de fuerza en rieles averiados”.
El doctor [b]José Wolnderberg [/b]comenzó por destacar algunos cambios positivos par el país, sobre todo en materia electoral. “México fue capaz de destruir un sistema autoritario, fue capaz de pasar a un auténtico sistema de partidos. Pasó de elecciones sin competencia a elecciones cada vez más competidas, esto cambió el mundo de la representación a la pluralidad y eso cambió el papel de las autoridades constitucionales”, aseguró.
Según el ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), en la constitución hubo cambios considerables en seis renglones: uno, los partidos políticos se convirtieron en entidades de interés público; dos, se modificó todo el entramado institucional de las elecciones; tres, cambiaron las condiciones de las competencias electorales; cuatro, se generaron fórmulas de integración de las cámaras de diputados y senadores; cinco, hubo cambios en el contencioso electoral; sexto la autonomía del Gobierno del Distrito Federal que dejó de ser gobernado por el presidente nacional.
Bajo estos planteamientos los investigadores también hicieron sus propuestas para encaminar el cambio constitucional necesario. Sus preocupaciones para alcanzar este camino se fundamentaron, además, en las dificultades técnicas que implican el reformular y redactar una constitución, “hay que hacer de la necesidad virtud” señaló [b]Valdés Ugalde [/b]para concluir que “en 10 años no ha habido posibilidad de acuerdo en México. Brasil nos dejó mirando el polvo en América Latina y aunque estamos nadando en las aguas del norte no sabemos si tenemos el salvavidas puesto o ya aprendimos a nadar”.