Son pocas las investigaciones sobre los desafíos que los hogares mexicanos enfrentaron durante la primera crisis global y financiera del siglo XXI, justamente la mayor virtud de la presente obra, la cual toma la vanguardia en este tipo de análisis al hacer del hogar la unidad privilegiada para identificar los matices y patrones de cambio de las familias ante las coyunturas económicas y laborales críticas de aquel momento. El resultado es un novedoso estudio de las trayectorias del uso de la fuerza laboral de la unidad doméstica en México, de sus estrategias y de sus condiciones de ocupación ante una inflexión económica de gran magnitud.
Gracias a esta mirada comprendemos que, en contextos de incertidumbre, los hogares tienden a reconfigurar el uso de su fuerza de trabajo, y a transitar a periodos de pobreza monetaria aun cuando sus integrantes logran conservar sus empleos; y que la interacción entre tamaño del hogar, sus arreglos familiares, la edad de sus integrantes y el contexto de residencia, nos muestra de forma reveladora la tensión que supuso los ajustes del mercado laboral y la capacidad de los hogares para satisfacer cierto nivel de bienestar con el producto de su trabajo.
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