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Fracking: una discusión pendiente para la transición energética y el futuro del medio ambiente

  • Con el objetivo de analizar diversas dimensiones en torno al fracking, se llevó a cabo en Flacso México el seminario “No al fracking. Reflexiones desde la investigación y la lucha social”
  • La transición energética es imprescindible, pero no es suficiente, ya que también debe existir una transformación en el modelo de producción y de consumo de energía

Con el objetivo de analizar las diversas dimensiones en torno al fracking, se llevó a cabo en la Flacso México el seminario “No al fracking. Reflexiones desde la investigación y la lucha social”.

Organizado por los integrantes de la línea de investigación “La fracturación hidráulica: exploración de las dimensiones socioambientales y conflictuales”, el seminario fue inaugurado por la Dra. María Luisa Torregrosa, profesora e investigadora de la Flacso, y coordinado por la Dra. Beatriz Torres, de la Universidad Veracruzana.

En el programa se presentaron exposiciones en las que expertos de la academia y organizaciones civiles dialogaron sobre el fracking o fracturación hidráulica como técnica para la extracción de hidrocarburos no convencionales, presente en nuestro país por más de una década, y su impacto en los ámbitos energético, ambiental, social, económico y político.

El Dr. Daniel Zavala, integrante de Environmental Defense Fund, subrayó que, como un proceso de producción, la fracturación hidráulica es un multiplicador de efectos e impactos y no es un problema lineal, sino que tiene que ver con la velocidad con la que se da el desarrollo tecnológico en la fracturación hidráulica, por lo mismo hay que analizar el tema desde sus impactos multifactoriales y desde un enfoque transdisciplinario.

Al respecto, Luca Ferrari, investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que la producción de petróleo y gas no convencional tiene mayores costos versus el convencional, ya que se tienen que implementar técnicas más complejas como el fracking.

Destacó que en México no existen reservas identificadas de hidrocarburos no convencionales sino sólo recursos prospectivos que son potencialmente recuperables a partir de acumulaciones aún no descubiertas y de las que se estima sólo se llegará a extraer el 20 por ciento, lo que representará el 9.2 por ciento de la producción anual.

Los costos de extracción de estos hidrocarburos no convencionales son mayores en nuestro país debido al menor desarrollo de infraestructura y el elevado costo de los insumos, lo cual provoca que se importe hasta el 80% del gas natural que consume el país.

Ante este panorama se prevé que los próximos 7 años sea visible un declive en la producción mundial de petróleo del 8 por ciento anual, por ello la importancia de identificar nuevas alternativas en la generación de energéticos.

Así mismo, el sistema energético mexicano no es sustentable, ya que se basa en recursos no renovables que van en declive y además no toma en cuenta el impacto negativo que provoca en el medio ambiente, concluyó el investigador.

Por su parte, Antonio Hernández Espriú, jefe de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra de la UNAM, hizo énfasis en el impacto en el consumo de agua que se emplea en el fracking. Al respecto, señaló que se emplean alrededor de 37 mil metros cúbicos de litros de agua de un pozo.

En el seminario, Alejandra Jiménez, representante de la Coordinadora Regional de Acción Solidaria en defensa del territorio y la vida en las Huastecas y el Totonacapan (CORASON), abordó los aspectos relacionados con la lucha social que se han llevado a cabo en el estado de Veracruz para tratar de revertir el impacto del fracking.

Destacó que la larga tradición petrolera ha tenido un impacto negativo en las comunidades, el territorio y el ambiente, por lo que no solo basta con un posicionamiento de “No al fracking” sino acciones concretas que permitan la reparación de los daños de la industria extractiva de energéticos.

Como parte del seminario, Giselle García Maning (CEMDA), Alba Campos (FLACSO México) y Jazmín Flores (UAM-AZCAPOTZALCO) compartieron los resultados de sus investigaciones referentes a la fracturación hidráulica.

Los asistentes coincidieron en que la transición energética es imprescindible, pero ésta no es suficiente, ya que también debe existir una transformación en el modelo de producción y de consumo de energía que propicie impactos menos dañinos al el medio ambiente.

María Luisa Torregrosa, investigadora de la Flacso México, concluyó el seminario recalcando la necesidad e importancia de generar espacios y nuevas formas de diálogo que fortalezcan las redes de colaboración y generen acciones de impacto en este tema.