El 26 de septiembre de 2019 se llevó a cabo la primera edición del Seminario: Economía, Ética y Toma de Decisiones, una iniciativa impulsada desde la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede México, con miras a convertirse en una discusión interinstitucional e internacional.
La Dra. Gloria Del Castillo, directora general de FLACSO México, destacó que el Seminario nació del interés por reflexionar sobre el papel de la ética en la economía como ciencia, así como los dilemas éticos que plantea el modelo económico actual en la búsqueda del bienestar social.
Así mismo, mencionó que el programa en está ocasión incluyó el análisis de cuatro dimensiones, las cuales fueron ejes de discusión en dos Mesas de debate:
Mesa 1:
• Ética y economía
• Ética y toma de decisiones
Mesa 2:
• Principios éticos en la toma de decisiones
• Ética y economía: una realidad
La primera Mesa consistió en un debate teórico sobre los conceptos ética y economía, y cómo ambos se relacionan más allá de la teoría; en segundo lugar, la posibilidad de generar una ruta de cambio orientada a impulsar principios éticos en los comportamientos de funcionarios y los distintos grupos sociales de la sociedad.
Los ejes analizados fueron:
– Ética y economía. ¿Cuál es el sentido, papel o importancia de la ética en el bienestar público de las sociedades?
– Ética y toma de decisiones. ¿Cuál es el papel de la ética en las decisiones gubernamentales orientadas a resolver problemas de la sociedad mexicana?
Al respecto, la Dra. Alicia Puyana, profesora investigadora de Flacso México dedicó parte de su exposición a detallar los conceptos de economía y ética, así como sus posibles puntos de encuentro. En ese sentido, señaló que “desde la teoría, la economía y la ética como disciplinas se identifican en el estudio de los principios que rigen la conducta humana con el fin de mejorar la existencia y han reflexionado sobre justicia, precios justos, distribución, etc. para identificar los elementos del bien común”.
Realizó un recorrido y un comparativo entre las Escuelas Económicas, sus objetos de estudio y su posible relación con la ética, haciendo especial énfasis en la teoría neoclásica, como aquella que actualmente se encuentra en boga.
Al respecto, mencionó que “la mayoría de las escuelas de economía enseñan el modelo neoclásico, un modelo que ha demostrado ser un modelo cerrado, deductivo, antidemocrático y antipedagógico”.
En tanto, el Dr. Roberto Escorcia, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, realizó una aproximación sobre la ética como disciplina, su aplicación, así como su relación con la economía.
Destacó que “la moral de las personas en la teoría neoclásica está basada en la competencia como una ley de la naturaleza, instrumento a través del cual se explica la socialidad”, en ese sentido “se piensa que la libertad individual está vinculada con la generación de oportunidades en el mercado que permite autodefinirse y que se traduce en la capacidad de poder participar en el proceso social, el cual está dado por el capitalismo”.
Señaló que el capitalismo implica un proceso de mercantilización de las personas que otorga a la vez que limita la capacidad social de las mismas para interactuar en igualdad de condiciones con otros, “bajo las lógicas que impone y se generan en el capitalismo. La próxima tarea es repensar en otros tipos de éticas que analicen la exclusión social derivada de la mercantilización y otros temas de interés”.
La Dra. Faviola Rivera Castro, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó un recorrido por el objeto de estudio actual de la ética más allá como una necesidad de diferenciarla de las corrientes éticas empiristas y utilitaristas que ven a los seres humanos sólo como seres egoístas.
A partir de la pregunta ¿cómo pensar otra ética?, la Dra. Rivera Castro propone mirar a los autores contemporáneos para concibir una ética que vea a los seres humanos con capacidad para guiarse por su razón y reflexionó sobre si es el Estado en quien depositar la autoridad moral para definir los principios morales que nos deben regir.
Por su parte, el Mtro. Manuel Pérez Rocha, exrector fundador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, hizo referencia a los diversos usos (y abusos) de la palabra “economía”, y a las funciones políticas e ideológicas que en el discurso dominante desempeñan estos usos. Señaló que la “economía” es hoy una “ciencia” sustentada en diversos dogmas que configuran una imagen falsa de la realidad, y que la “economía”, como el conjunto de hechos que estudia la “ciencia económica”, se presenta como un objeto, natural, una “cosa” regida por leyes naturales, frente a la cual no cabe sino una paciente “resignación”, como demandaban los padres del positivismo (específicamente Comte y Durkheim). Consecuentemente, en esta “ciencia” no hay espacio alguno para la ética.
Para concluir los debates de la Mesa, la Dra. Cecilia Bobes, investigadora de FLACSO México, subrayó lo novedoso y necesario de realizar una reflexión sobre la relación que guardan la economía y la ética, así como el porqué los problemas éticos han estado separados de las disciplinas sociales más empíricas como la ciencia política, sociología, la economía, etc. Así mismo señaló que es importante pensar qué tipo de especialistas se están formando y cómo son impactados por este debate en su formación y posteriormente en el ejercicio profesional.
En la segunda Mesa el debate giró en torno a la relación entre ética, economía y gobierno. Los principios éticos en la toma de decisión y ética y toma de decisiones, abordando las dimensiones:
– Principios éticos en la toma de decisiones. ¿Cuáles son los principios éticos que pueden postularse hoy como mejores o más idóneos para construir nuevas formas de tomar decisiones, tanto en el Estado como en los grupos sociales, que no vayan en detrimento del bienestar público?
– Ética y economía: una realidad. ¿Qué hacer desde la toma de decisiones gubernamentales y la sociedad civil para construir un proceso de cambio orientado a instalar principios éticos en los comportamientos de los funcionarios y los distintos grupos sociales de la sociedad?
Sobre estas dimensiones, el Dr. Jesús Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, realizó una reflexión sobre el papel del Estado en la promoción de valores éticos para la convivencia y en la toma de decisiones para la solución de los problemas públicos.
Al respecto destacó que “se ha promovido la necesidad declarada por las élites políticas de impulsar o aplicar programas de ética que pudieran mejorar la experiencia ciudadana, el rendimiento de las instituciones, la garantía de los derechos y la calidad de la democracia. Es un tema que toma especial relieve ya que aparece la idea de una ética pública como una oferta gubernamental”.
Destacó que la ética podría contribuir a resolver los problemas públicos y que esta tarea no es exclusiva de particulares sino “que desde la autoridad se promuevan conductas éticas tanto la ciudadanía como entre los gobernantes sigue siendo una buena idea para la vida pública y sigue siendo una necesidad impostergable que responde a una necesidad efectiva: tenemos una crisis incluso en la comprensión de la dimensión ética de la vida colectiva”
La respuesta en una reforma ética debería convertirse en una genuina prioridad nacional, enfatizó el investigador de la UAM-X, sin confundir como tarea de esta disciplina resolver los problemas políticos, normativos y de derecho.
Finalmente, señaló que nadie puede enseñarnos a ser éticos. En ese sentido, si existe una real preocupación por el Estado, este puede promover una discusión horizontal, abierta y democrática para la creación de un proyecto ético democrático nacional y un compromiso simbólico que involucre a la sociedad, los colectivos de derechos humanos, grupos vulnerables, etc.
Por su parte, el Mtro. Mauricio Sáez, investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México reflexionó sobre el papel del “buen gobierno” y sus virtudes para ser quien promueva sistemas de valores.
Subrayó que un buen gobierno considera tres elementos: eficiencia en la aplicación de recurso, uso legal y constitucional de la autoridad, así como prudencia para reconstruir la confianza. La pregunta es: ¿cómo le hacemos para que estos imperativos de buen gobierno se conviertan en principios éticos aplicables que los funcionarios adopten y ejerzan con convicción?
Señaló que parte fundamental de un buen gobierno es lograr construir un sistema de conductas en el ámbito gubernamental orientado para establecer y fortalecer la confianza pública.
Coincidió en que la adopción de creencias y principios éticos no se puede imponer a otro, no puede ser una instrucción, es algo que libremente elige cada individuo. Lo que pueden hacer los gobiernos para sus funcionarios y los ciudadanos es crear espacios para la reflexión y deliberación para el consenso.
Para cerrar la mesa de análisis, el Dr. Nicolás Loza, investigador de FLACSO México, mencionó que la condición del poder público tendría que ser “el preservar el pluralismo de valores que existe en la sociedad y que frente a ese pluralismo los gobiernos deban promover una ética pública constitucional”.
“No existe un diálogo razonable sobre los dilemas éticos que planean los fenómenos sociales como la migración, la corrupción, etc. sin dinamitar lo que queda de una ética pública deseable” señaló el Dr. Loza.
Los videos de este Seminario pueden ser consultados en:
Mesa 1. https://youtu.be/3i-oag8NHRY
Mesa 2. https://www.youtube.com/watch?v=Oq7ZPS3tuwo&feature=youtu.be