Este viernes 15 de marzo, en el marco del Primer Encuentro para abolir las cárceles y diálogos desde los feminismos, la doctora Gwenola Ricordeau, profesora asociada del Departamento de Ciencia Política y Justicia Criminal de la California State University, Chico, visitó la FLACSO México con el fin de dictar la conferencia magistral: Why prison is not feminist.
Este espacio tuvo como objetivo fomentar el diálogo e intercambio de ideas y estrategias feministas abolicionistas, antipunitivistas y anticarcelarias entre la comunidad académica, las personas que integran diversas organizaciones, así como de la sociedad civil que trabajan y estudian el tema en la región.
Esta sesión fue inaugurada por las doctoras Gisela Zaremberg, de la FLACSO México y Claudia Alarcón en representación de la Dra. Marisa Belausteguigoitia, directora del CIEG de la UNAM, y estuvo coordinada por las doctoras Chloé Constant, profesora-investigadora de esta casa de estudios y Lucía Núñez, del CIEG – UNAM.
Las investigadoras coincidieron y reconocieron la importancia de las relaciones interinstitucionales alrededor de los temas carcelarios, la justicia y el cuestionamiento del castigo penal socialmente aceptado, tópicos retomados desde los feminismos.
Durante su exposición, la investigadora Ricordeau socializó algunos de los hallazgos de su trabajo como académica y activista, plasmados en su libro “Free Them All: A Feminist Call to Abolish the Prison System”. Además, compartió las razones por las que considera que los sistemas penitenciarios no son feministas y menos una solución real para decremento de las acciones delictivas, así como también las reformas que pudiesen hacerse en las leyes del régimen legal y al interior de las cárceles.
Por otra parte, enfatizó el impacto que sufren las familias y amistades de las personas penalizadas, así como la victimización y experiencia de la criminalización de las mujeres, donde existe una evidente dinámica de género que obliga a las mujeres a dotar de solidaridad, de comprensión y apoyo en la reintegración social a las mujeres presas, dejando a su paso cargas de doble trabajo y reforzando acciones patriarcales que el Estado debería trabajar.