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Conferencia: "La coordinación represiva regional y el Plan Cóndor en el caso de la dictadura uruguaya", con Álvaro Rico

21 de marzo.- Como parte de las actividades realizadas en la primera parte del ciclo Pasado y presente del autoritarismo en América Latina, de la Cátedra FLACSO México, se presentó la conferencia magistral “La coordinación represiva regional y el Plan Cóndor en el caso de la Dictadura Uruguaya”, a cargo de Álvaro Rico, profesor titular en la Universidad de la República y Coordinador de la Investigación Histórica sobre el Terrorismo de Estado en Uruguay (2005-2016). Le acompañaron en la sesión Soledad Lastra, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM/Conahcyt, Liliana Martínez Pérez y Santiago Carassale Real, profesorado de la FLACSO México.

Álvaro Rico realizó un breve recorrido político y social-histórico con el que buscó ilustrar las historias y contextos de los países latinoamericanos que han experimentado dictaduras, entre los cuales se ubican Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay y Chile. El profesor puntualizó que las alternancias políticas entre cada gobierno, los movimientos guerrilleros, la mundialización del sistema capitalista, el protagonismo político de los militares y la doctrina del nacionalismo, el debilitamiento de las conquistas laborales a través de la suspensión de distintos derechos de la comunidad trabajadora, fueron algunas de las razones que ocasionaron que los países del Cono Sur atravesaran el terrorismo de Estado. Del mismo modo, el investigador reconoció que la situación política promovió el desarrollo y la reflexión teórica en las ciencias sociales y políticas en torno a las sociedades y su desarrollo.

En el caso uruguayo, según el catedrático también se dieron estas condiciones, sin embargo, aseveró que la dictadura se instauró de manera paulatina, democrática y legítima, pues no fue necesario anunciar el cambio de sistema hacia lo civil-militar. No con esto se omite la existencia de un Estado clandestino que permitía y ejercía las desapariciones forzadas, los enterramientos colectivos, los vuelos de las muertes y toda lógica represiva ejercida contra la misma ciudadanía uruguaya y connacionales, al considerarlos como una amenaza interna.

Dichas creencias dieron paso a la ejecución del Plan Cóndor, el cual se encargaba de identificar a los enemigos internos que alteraban el orden público y la paz, según el gobierno de Uruguay. Al paso de los años se institucionalizó la “nueva democracia”, la cual no abandonó las prácticas represivas de la dictadura. En palabras de Álvaro Rico, se legalizó la impunidad mediante la negociación con los militares acusados de violaciones a derechos humanos y la no persecución penal hacia ellos. En resumen, el investigador señala la herencia de la dictadura, la cual ha trascendido y ha condicionado la democracia, además de naturalizar e institucionalizar la violencia en las políticas estatales actuales.