En el marco de esta firma, con la que se selló el compromiso de ambas instituciones por fortalecer la investigación y el intercambio de conocimiento, el doctor José Narro Robles habló de su preocupación por los problemas históricos que México enfrenta; se declaró “persuadido” por el pensamiento de que “ni la ciencia ni la tecnología resolverán estas dificultades”, por el contrario “sólo las disciplinas sociales y las humanidades” podrán formar a los seres humanos que el país necesita: “ciudadanos con una perspectiva de lo colectivo, con valores laicos y cívicos”.
Narro se mostró complacido con su visita a la Flacso México al destacar la labor docente y científica que la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ha realizado en diversos países del continente desde hace más de 50 años. La Flacso, dijo el rector, “ha tenido importantes aportes en la región desde una visión colectiva e integradora muy necesaria en nuestro país”.
“Ya estuvo bien, hagamos algo”, aseveró José Narro, al ponderar la necesidad de cambiar la mirada y generar nuevos modelos económicos en los que América Latina “confíe en su potencialidad, en que la demografía y los recursos naturales están a su favor y crea en su capacidad, su inteligencia y su cultura”.
El director general de la Flacso México, Francisco Valdés Ugalde, destacó los proyectos derivados de convenios pasados con la UNAM como la creación de la Cátedra Extraordinaria de Estudios Latinoamericanos y del Caribe “Pedro Enríquez Ureña” en conjunto con El Colegio de México y la Embajada de la República Dominicana, y el impulso al estudio y restauración ambiental de la zona baja del Ajusco.
Además, Valdés confirmó que las Ciencias Sociales son indispensables para entender y hacer frente a los problemas actuales de la sociedad y habló de la labor de esta Facultad en favor de la defensa de los Derechos Humanos “muy señaladamente el derecho a pensar, el derecho a investigar con libertad, el derecho a formar a nuevas generaciones con conciencia y conocimientos de máximo nivel en las problemáticas actuales”, preceptos que han prevalecido desde los años 70, en que esta casa de estudios acogió a los intelectuales perseguidos por la ola dictatorial en América Latina.
Ambos hicieron un llamado a consolidar la firma del convenio, a asignar presupuestos aunque sean “modestos” y a concretar la intención de ambas instituciones en hechos que den resultados fructíferos para estudiantes, investigadores, académicos y profesores e hicieron votos porque esta colaboración “no quede sólo en la foto”.